Restaurante Los Manantiales: Félix Candela
El
edificio del restaurante “Los Manantiales” diseñado por Félix Candela
el año 1957, se encuentra en Xochimilco. Este lugar es considerado un
lugar significativo por tener sus orígenes en el periodo prehispánico en
la actual Ciudad de México, ya que se caracteriza por haber tenido uno
de los manantiales más importantes de abastecimiento de agua dulce para
la ciudad.
Durante
el siglo XX, este lugar era un gran sitio de recreación para los
habitantes de la Ciudad de México, los cuales todos los domingos se
paseaban por los canales en las “trajineras” (embarcaciones de madera),
por el lago del lugar, a través de sus jardines flotantes.
Félix Candela
no quiso discrepar con la tradición y la belleza de la naturaleza del
lugar, por lo que decidió proponer un edificio con características que
lo hiciesen partícipe de los jardines, como objeto flotante a partir de
su estructura que, asemejándose a una flor de loto que flota sobre el
agua, logra el efecto deseado.
La
decisión de Félix Candela fue el diseño de una bóveda, formada por la
intersección de ocho gajos provenientes del encuentro de cuatro
paraboloides hiperbólicos. Su planta se acerca a los 42 metros de
diámetro y paraboloides de 25×30 metros en el inicio de su desarrollo,
contando con una altura máxima de 8.25 metros y que en el interior se
reduce a 5.90 metros.
En
los bordes de las parábolas frontales podemos apreciar como se cierra
el espacio a partir de placas de cristal con carpinterías metalicas de
2.40 X 2.40 metros.
Bajo éste se encuentra el salón que alberga un
restaurante con mesas y sillas en la parte donde los gajos se alzan
para dar paso a las carpinterías metálicas. Al centro podemos encontrar
una gran pista donde se llevan a cabo bailes o ceremonias de diversas
reuniones. La espacialidad interior se define por el juego de luces que
genera la estructura de la paraboloides hiperbólica.
A
un costado se alzan muros independientes que contienen los servicios
del restaurante, como la cocina, los sanitarios, el vestíbulo de acceso,
etc. En la parte del acceso se cuenta con un estacionamiento para
aproximadamente veinte automóviles.
Su
encofrado es más simple que el de una bóveda formada para la
intersección de cilindros, por tener dos sistemas de generatrices
rectas. Además al estar constituida por superficies no desarrollables es
mucho más rígida y permite construirla con espesores menores (5 cm).
La
madurez e intuición de Félix Candela permitió eliminar la viga del borde y
concentrar la descarga del peso de la estructura en los apoyos de
arranque que se encuentran remetidos en el borde externo de los
paraboloides. A primera vista pareciera que las losas de hormigón nunca
tocan la tierra.
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